martes, abril 01, 2014

Consumidores de contenidos digitales

Con el paso del tiempo, casi sin darnos cuenta, hemos pasado de tener cintas, discos, libros, DVDs,... a tener libros en el lector de libros electrónicos, a escuchar música digital en reproductores minúsculos o en el móvil, a ver películas desde un reproductor multimedia,... Pero, eso que hemos comprado, ¿es tan nuestro como cuando era en papel, plástico o metálico?

La respuesta es "NO", pero, ¿nos importa? ¿es relevante? ¿y el precio esta justificado? ¿somos conscientes de ello? ¿Hay alternativa?

Serie en Versión Original con subtítulos de fans - Nodame Cantabile
Serie en Versión Original con subtítulos de fans - Nodame Cantabile

Partiendo de la base de que todo el mundo tiene derecho a una remuneración por su trabajo, y de que si alguien quiere hacer uso del trabajo de otro al menos debería preguntar lo que quiere a cambio, se esta llegando a un sistema perverso, donde cada vez el autor obtiene menor recompensa por su esfuerzo, y el usuario o cliente tiene menos derechos sobre lo que ha comprado.

Ya desde hace muchos años las distribuidoras intentaron incluir algún sistema para evitar copias ilegales de sus contenidos. Desde el ridículo anacronismo de limitar por zonas los DVDs hasta la instalación de rootkits en ordenadores para evitar el acceso fraudulento a los contenidos de un CD, hemos pasado a sistemas cada vez más perversos.

Una vez lanzado el Kindle por parte de Amazon, y con la tienda de libros digitales totalmente funcionando, en 2009 se dio la paradoja de que Amazon perdió los derechos del libro 1984. En lugar de sólo dejar de venderlo, fue capaz de lanzar la orden de eliminar dicho libro de los kindles que ya lo tenían comprado y descargado. ¿No tenían los usuarios comprado el libro? ¿hubiera podido pasar lo mismo si fueran libros de papel?
A mediados de 2013 una web, JManga, que vendía tebeos en formato digital, avisó que cerraría. Como los tebeos tienen algún tipo de control de derechos, indicaron que la gente se quedaba sin poder seguir disfrutando de sus comics. ¿Pero no eran comprados?
Reproductor abierto, de formatos conocidos, y contenido abierto
Reproductor abierto, de formatos conocidos, y contenido abierto

Volviendo a Amazon (son de los mayores vendedores de contenidos digitales en la tierra, por lo que sus sucesos son muy conocidos), justo antes de las navidades  de 2013 dejaron de vender el acceso por streaming a algunas películas de Disney. El motivo fue que Disney quería poder vender dichos contenidos a través de sus canales durante las navidades, por lo que decidió revocar parcialmente el contrato que tenía con Amazon (cosa que parece ser que sí podía, según su contrato). El problema es que también dejaron sin poder ver dichas películas a gente que ya las tenía compradas de antes. De nuevo intereses corporativos se imponen sobre derechos y deberes de las partes.

Ya en 2014 nos encontramos con el anuncio de Adobe, de que cambiarían a mediados de año el sistema de DRM suyo, y que obligaban a todos los que usaban el sistema actual a cambiar de versión, dejando inusables multitud de dispositivos, y muchos contenidos comprados legalmente. ¿pero no eran comprados? ¿y eso no significa para siempre? Por suerte, parece que, al menos temporalmente, Adobe ha dado marcha atrás.
Audio editable
Audio editable
Y así podríamos seguir con multitud de casos que se han ido dando.
En el mundo del vídeo bajo demanda, el rey ha sido, en general, Flash, ya que permitía algún tipo de control sobre el reproductor, y así controlar toda la cadena involucrada en la reproducción del vídeo. En 2013 se generó una enorme controversia ya que la W3C aprobaba la especificación EME, una API que permitiría conectar un objeto binario, no multiplataforma, con unos contenidos recogidos a través de HTML. El propio Tim Berners-Lee salió a dar su opinión. En el mejor de los casos se considera el menos de los males.
No todo son malas noticias. Recientemente Steam ha anunciado la posibilidad de prestar un juego, temporalmente, a otra persona.
Las restricciones en cuanto a zonas o países están a la orden del día, ocurriendo que un mismo proveedor no ofrezca los mismos contenidos en EE.UU. que en España. Se persiguen webs que almacenan subtítulos de series o películas, pero luego no les duelen prendas en emplear dichos subtítulos como propios (¿verdad que si HBO?).
En cualquier caso, lo que vemos es que nos quieren seguir cobrando lo mismo o más por menos derechos sobre los contenidos.
Pero cada surgen lugares donde los contenidos van sin DRM. Un ejemplo es iTunes, de Apple, que originalmente incluía DRM en sus canciones, para luego retirarlo. También hace poco ha surgido la noticia de una nueva tienda de libros digitales en España, que no tendrá DRM, Lektu. Y no cualquier libro, sino que incluirían la saga de Juego de Tronos, por ejemplo.

¿Cual podría ser mi modelo?
Para empezar un "único" repositorio central con TODOS los contenidos que pudiera haber disponibles en todos los territorios por igual. Y sobre ello, diferentes comercializadoras, que venderían unos paquetes de acceso a dichos contenidos. Los aficionados tendrían derecho a hacer y poner disponibles, en dicha plataforma o por otros medios, cualquier obra derivada que facilite el acceso, disfrute y comprensión de dichos contenidos. Por ultimo, TODOS los contenidos irían sin DRM de ningún tipo. Hoy en día hay tecnologías que permiten añadir marcas de agua "invisibles", ligadas a la persona que este viendo / oyendo / leyendo de tal forma que, si se encontrara algún contenido, siempre se pudiera saber de donde salió (algo así ya se usó en los Oscar de 2013).
Arquitectura de proveedor de contenidos digitales abierta
Arquitectura de proveedor de contenidos digitales abierta

De esta forma, el acceso a los contenidos se trataría como un servicio y no como una venta. Ya la gente no graba en DVD sus películas, sino que las tiene en un disco duro, o en la "nube".
De este modo todo el mundo tendría claro lo que podría hacer con lo que "tiene", y los proveedores podrían y tendrían que competir en un mercado global. Por supuesto, minimizando las ventanas de exclusividad de contenidos.

De todas formas, no hay que perder de vista el otro extremo de la cadena, los autores, intérpretes o creadores en general. En España y muchos otros países están representados a nivel general por las sociedades de autores, para poder entrar en negociaciones de mayor nivel, o generales. La más famosa en España es la SGAE. Se han probado varios modelos, pero no parece que hayan contentado a nadie. Desde el famoso canon a CDs, DVDs y demás soportes, hasta intentos de tasar las conexiones a internet e, incluso, dar un dinero procedente de todos los españoles. Lamentablemente todos estos sistemas tienen el problema de ningunear a otras asociaciones y a los autores pequeños, por lo que siguen sin ser válidos.

Para concluir hay que resaltar que yendo a modelos tipo servicio, ¿estamos renunciando a la propiedad? ¿y al disfrute de contenidos sin conectividad? No debería ser así, gracias a la confianza, concienciación, precios razonables,... Siempre tiene que haber algún medio que permita la posesión para "siempre" y sin necesidad de estar conectado de un contenido, y además, que no haga faltatenerlo en soporte físico. ¿quizás algo de firma digital?
Supongo que a esta y otras cuestiones el tiempo y la ingeniería darán solución, pero que quede claro, que este tipo de problemas solo acaban de empezar y que ya se han dado en cosas físicas como la tinta de las impresoras o las capsulas de las cafeteras monodosis pero, ¿qué pasara con los diseños para impresoras 3D?

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